30 septiembre 2005

¿Culpa social?

Esto es de Tato Pavlovsky en Página 12, me pareció un buen tema para conversar con quien desee hacerlo conmigo...

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En Alemania, un alemán de mi edad me dijo en 1991 que durante el nazismo si uno no era judío y no se metía con el gobierno se podía vivir bien. Eso explicaba que una inmensa mayoría de la clase media y un sector de la clase obrera apoyara las invasiones de Hitler hasta casi el período final.Quiero arriesgar un diagnóstico sobre el fenómeno de la complicidad civil de nuestro país: ciertos procesos sobre los derechos humanos realizados por gente de una ética y dignidad excepcionales e insobornables en nuestro país nunca involucraron a la población en general. Incluso el fenómeno increíble de valentía, coraje y dignidad del trabajo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo no están “encarnados” en la población general, sino en el sector más esclarecido y politizado, y en los medios que quieren transmitirlo. El pueblo en su mayoría no se implicaba en la lucha entre la dictadura y las víctimas de la represión. No se incluía en una lucha que no lo involucraba directamente, la que sostenían las fuerzas armadas y el sector de la población con ideas revolucionarias.Las dictaduras trazan una línea, y la gente común poco a poco se va acostumbrando a no atravesarla. Al final esa línea se va interiorizando como una prohibición ordenada que debe ser respetada y esa línea no afecta a la mayoría silenciosa.El fenómeno Blumberg concentró más gente que cualquier manifestación por los derechos humanos. Y produjo una conmoción que afectó al país en su conjunto.El fascismo cómplice de la clase media y, como decía W. Reich, de la pequeña burguesía de la clase trabajadora, coparon la Plaza en una de las expresiones populares más importantes en la historia última. La película de Renán sobre el pueblo festejando el Mundial fue también una manifestación de masas que no se puede olvidar. No era, como algunos ingenuos quieren señalar, una necesidad de expresarse frente a la represión. El pueblo colmando la Plaza de Mayo en 1982 cuando invadimos las Malvinas, y escuchando las palabras de Galtieri, también fue una manifestación popular de extraordinaria magnitud. ¿Qué hubiera pasado si los chilenos no nos hubiesen vendido y triunfábamos? ¿Alguien se lo pregunta? Las visitas de la clase media argentina pudiente que pasaba por Madrid durante la dictadura con grandes viajes proyectados por Europa criticaban al gobierno, pero viajaban y compraban más que nunca.Hace pocos días, en un bar le pregunté a uno de los parroquianos habituales cómo vivió durante la dictadura. Me contestó que bastante bien, que después se enteró de “ciertas cosas”. Pero que con Onganía y con Videla había vivido bien. Otro me llegó a decir que hoy preferiría vivir en el gob ierno militar que en esta anarquía. Gente buena, sencilla, trabajadora –pero mayoría silenciosa–, textura de una intrinsequedad fascista que tiene una preponderancia importante entre la buena gente: nadie sabe que es fascista. Viven su propia vidita, que no es poco decir.

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